sábado, 16 de agosto de 2008

La Teoria de la conspiración

Por si no lo sabíais, todo el mal del mundo sale del despacho de un grupo anónimo de ricachones, de poder casi absoluto, que se dedica a urdir estratagemas secretas y complejas para quedarse con todas las riquezas y bienes de la gente trabajadora. Este grupo de ricachones anónimos ha inventado el capitalismo, un sistema que se sustenta en el consumo desenfrenado y la competitividad más inhumana, y que es motivado e incentivado por el gobierno, la Iglesia y los medios de comunicación. Todos están en el ajo, y por lo visto los planes para controlar el mundo de estos ricachones es de una complejidad e inteligencia tal que hay quien asegura que son seres de otro planeta. Sí, exacto, alienigenas que ya desde el principio de la humanidad han estado controlando esta tierra, investigando y experimentando con sus criaturas. De hecho, muchos dicen que la causa de que no se haya encontrado, aún, el eslabón perdido del ser humano se debe a que nuestro origen se encuentra en un laboratorio alienigena. Por tanto, de ser cierto esto significaría que esos extraños seres transformaron un simple homínido bípedo en algo más: en el ser humano, un personaje inteligente pero de fácil manipulación que a les ha de ayudar a obtener todo el oro del mundo porque.... no es un secreto para nadie: ¡¡¡¡¡LOS MARCIANOS TAMBIÉN TIENEN CORTE INGLÉS!!!!!

En fin, aunque parezca que me haya fumado un porro, lo cierto es que hoy en día hay mucha gente que cree en la llamada teoría de la conspiración. Dicha teoría consiste en hacer lo mismo que satirizaba más arriba, es decir, creer que hay una especie de "mano invisible" que mueve los hilos y hace que la historia fluctúe en una dirección (normalmente en favor de los ricos).
Por ejemplo, es frecuente culpar al "capitalismo" de todo lo malo que hay en nuestra sociedad. Lo vemos como el causante del paro, la crisis económica, la decadencia de los planes de estudio, de la falta de valores, de la inmigración, de la pobreza en el mundo... y así hasta un largo etcétera.
No se puede negar que es una estratagema útil: cargamos sobre las "espaldas" de un concepto abstracto y deslocalizado todo aquello que pueda hacernos pensar que somos en parte responsables de lo que ocurre en el mundo, y eso es genial! sí, es genial porque nos evita sentimientos de culpa inútiles o remordimientos de conciencia inoportunos que nos puedan llevar a levantarnos un poco de nuestros sofás y sillones tan cómodos... justamente cuando hacen por la tele nuestro programa favorito!
Y qué decir de la Iglesia, los Masones, los Comunistas, los Anarquistas, los musulmanes, los inmigrantes, la izquierda, la derecha, la patria... todos generan desordenes, han hecho mal al mundo y sólo desean poseer el control de la tierra y enriquecerse a costa de los demás.
Cuantas veces hemos escuchado esta canción? cuantas veces un comunista ha dicho todo esto de los cristianos? cuantas veces un "conservador" no habrá dicho exactamente lo mismo de un comunista? Y sin embargo, si cristianismo y comunismo son algo tan distinto, como es posible que a ambos se les acuse exactamente de lo mismo? y si derecha e izquierda son polos tan opuestos, como es posible que generen el mismo tipo de quejas en los que militan en el lado opuesto?
Y respecto los grupos antisistema y "prosistema"? qué me decís? aunque claro, no sé si existe algún grupo que se autodenomine "prosistema"... de momento sólo he visto a grupos que se consideran "antisistema" y que se pelean entre sí... es curioso que todos digan luchar contra el mismo sistema!

Realmente muy poca gente parece darse cuenta de que si el comunismo, el capitalismo, las religiones, etc., hacen tanto daño y traen tantos problemas es porque todos ellos comparten un mismo elemento común: el Ser humano.
En efecto, porque es el ser humano el que se corrompe y envilece, el que se inventa necesidades innecesarias para poder ganar dinero a costa de los demás, aunque eso vaya en contra de valores tan esenciales como la caridad o la compasión. Es el ser humano el que compra indiscriminadamente cosas que le hagan mejorar su imagen o fingir una posición más elevada, aunque eso conlleve mentir o ser hipócrita con los demás. Es el ser humano el que se avergüenza de ser quien es y es el ser humano quien hace por maneras de que el circo de falsedades que ha construido se mantenga intacto porque se siente protegido en él e incómodo en la verdad.
También es el ser humano el que destruye el medio ambiente, el que lucha en las guerras, el que las permite y consiente, el que desata sus instintos más inhumanos porque cree que haber sufrido alguna vez le da derecho a hacer sufrir a los demás. Es el ser humano quien disfruta con el dolor ajeno y satisface así sus traumas, frustraciones y miedos en vez de intentar enfrentar-se a ellos. Y sí, es el ser humano quien le pone precio a la vida y no le importa matar o torturar...

Así pues, es el ser humano el causante de todas estas cosas, da igual que dé como razones la cruz o la media luna, el rojo o el azul, el billete o la hoz... Es el ser humano quien justifica y da validez a sus acciones egoístas a partir de una ideología, una religión o un sistema político o económico. Es el ser humano el que inventa las Excusas y por tanto es el ser humano el que no hace nada para solucionar los problemas de los cuales no cesa de quejarse. Porque es cierto! vaya donde vaya todo el mundo se queja de algo pero hace muy poco para solucionarlo. Los hay quienes creen que hacer algo es dar dinero a una ONG, o ir a misa cada domingo y rezar por los pobres, o colaborar activamente en alguna fundación benéfica...
Otros, cuando les preguntas, en respuesta a sus quejas: ¿y tu qué haces para solucionar estos problemas? Te contestan: "¿Y qué puedo hacer yo? esto es competencia del gobierno!" o sino... "el capitalismo/comunismo/la Iglesia/la inmigración... es el causante de blablabla... y su poder e influencia nos impide hacer esto o lo otro...."

Por otro lado, y aunque a priori parezca una paradoja con lo que llevo diciendo, tengo que decir que estoy de acuerdo con los que dicen que no podemos hacer nada para solucionar los grandes problemas de la humanidad. Problemas como la pobreza mundial, las guerras, las catástrofes climáticas, la crisis económica del país o el paro, y la razón de ello es simple: somos seres limitados, y más aún a título individual. No hay ni que decirlo: hablamos de problemas que simplemente superan nuestras capacidades de reacción y de acción, ante ellos somos como granos de arena intentando luchar contra una tempestad en el desierto. Sin embargo, en vez de asumir que esto nos supera, nos pasamos el día justificándonos y buscando causas como si eso solucionara algo. Preferimos desahogar nuestra sed de justicia clamando contra el cielo y contra un enemigo invisible causante de todo porque de este modo nuestro sentimiento de culpa disminuye. "Sí, el mundo es una mierda, pero eso es porque vivimos en una sociedad capitalista que... y el gobierno no hace nada para evitarlo!". Aunque, en verdad, si estuviéramos en el gobierno tampoco sé si sabríamos hacer nada para evitarlo.

Yo pienso que el problema es que no entendemos que estos problemas no nos atañen por la sencilla razón de que no podemos abarcarlos. Los problemas a los que tenemos que hacer frente son los que tenemos aquí y estos sí que pueden obtener una respuesta contundente por nuestra parte. Aunque claro... quizás a muchos les interese seguir hablando de lo mucho que hacen por los indonesios porque de ese modo queda como disculpado de sus deberes como ciudadano de a pie.
Pero para los que realmente queréis hacer algo útil y efectivo para ayudar al mundo sólo tenéis que entender algo muy sencillo: que el mundo no necesita héroes que solucionen los problemas de la humanidad de un sólo golpe y en un sólo día, sino simplemente personas que hayan sabido transformar su corazón. Porque es lógico: nunca podremos cambiar el mundo si antes no cambiamos nosotros.
Perfectamente lo podría haber dicho Aristóteles: es partiendo de lo concreto que llegamos a lo general, así pues, el egoísmo no dejará de reinar en la tierra a menos que empecemos por intentar vencer el nuestro.
Y es que estamos tan preocupados por el hambre en el mundo, que nos olvidamos de la cantidad de comida que nosotros desperdiciamos tontamente. Nos horroriza tanto la guerra, la violencia callejera, el terrorismo... que ni siquiera pestañeamos cuando un niño ríe mientras tortura un animal indefenso o mientras disfruta matando personas en algún juego virtual.
Y por supuesto nadie puede quitarle el mérito a quien decide organizar, en un arranque de solidaridad lógica y loable, grandes campañas de sensibilización de los desastres que ocurren en los conflictos bélicos, las catástrofes climáticas, etc., pero en cambio nos olvidamos de promover nuestra propia campaña contra las faltas de respeto, los insultos, las burlas o las amenazas que lanzamos contra nuestros vecinos y semejantes por cualquier estupidez.
Nos lamentamos de la falta de valores y el auge de la avaricia o la resistencia de una sociedad de clases.. y nosotros somos incapaces de pronunciar palabras tan sencillas a nuestros iguales como "te quiero" o "lo siento" sencillamente porque tenemos miedo de acercarnos a los demás y que nos vean tal y como somos, nos asusta pensar que los demás puedan usar nuestra propia vulnerabilidad para hacernos daño... y por eso también cambiamos de asiento en el tren si se nos acerca un inmigrante o un vagabundo... porque tenemos miedo a que ese desaliñado o desconocido, que encima no comparte nuestra cultura, nos haga daño o nos robe...

Realmente alguien se ha parado a reflexionar sobre el bien que puede llegar a hacer un pequeño gesto? algo como una sonrisa a un desconocido o pedir perdón a alguien con el que se tropieza? No son cosas banales, no son cosas sin importancia: porque es la unión de pequeñas cosas concretas las que generan un absoluto. Podría ser que si cambiaramos la base de nuestra sociedad el mundo se contagiara. Sería dificil imaginar, por ejemplo, que una sociedad que ama a los demás como a sí misma pudiera jamás lanzar una bomba atómica contra otras personas. O que se llegara a producir una guerra mundial en una sociedad que no hace distinciones ni de razas ni de clases porque ha aprendido a vencer sus miedos y temores interiores, así como sus frustraciones y traumas, y ya no antepone el dinero a una vida humana.

En conclusión, pienso que nunca podremos hacer nada por la humanidad si antes no aprendemos a ser "humanos" con la gente que nos rodea. Me refiero a la gente que comparte casa y/o mesa con nosotros, que encontramos en la calle, el trabajo, la universidad... que vemos en los parques o el transporte público... aquella gente, en definitiva, que comparte nuestro día a día con nosotros.
Quizás si lo lográramos, esta casa que hemos empezado por el tejado podrá levantarse algún día sobre unos buenos cimientos...