miércoles, 29 de octubre de 2008

¡Esperanza!

lunes, 27 de octubre de 2008

Para poder restaurar hay que arrancar la suciedad de cuajo...

Quizás no sea tan falaz pensar que se puede restaurar lo que el tiempo ha corrompido...
Quizás sea posible soñar después de todo...

A veces tengo la sensación que el mundo se acaba y de que todo es inútil. Esto acostumbra a suceder cuando entro en crisis conmigo misma, cuando me doy cuenta de mis faltas y de mis errores, y de lo poco que hago por remediarlos. Esto me hace entrar en una lucha conmigo misma en la que normalmente salgo perdiendo porque dejo de confiar en mi misma y paso a despreciarme o a faltarme al respeto.

Provablemente sepáis de lo que hablo, me refiero a esas faltas de caridad para con uno mismo, esa autoexigencia exagerada y extremista que no nos concede ni siquiera una sola salida.
Realmente es necesario ser perfeccionista con uno mismo, pero creo que hay un límite entre eso y la autofustigación. Seguramente mi tendencia a ello se debe a mi incapacidad por moderar mis emociones. Todo lo llevo a extremos, soy incapaz de hacer las cosas desde el término medio y de un modo sosegado.
Sin embargo he descubierto que eso me ocurre porque simplemente soy imperfecta. El término medio de las cosas es el objetivo de todo aquél que quiera tender hacia un concepto de perfección, y no conseguirlo es lo más normal del mundo puesto que nuestra naturaleza tiende a lo inestable si bien necesite de la templanza para su equilibrio mental y espiritual. Sé que lo que acabo de decir es trivial, no obstante para mi no lo era tanto y no lo digo porque pensara que yo era perfecta o sin mácula y me haya sorprendido descubrir que era todo lo contrario. Me refiero, más bien, a que se nos ha educado en una cultura donde el error o bien es inconcebible o bien es lo mejor que puede pasarnos. He visto, por ejemplo, a mucha gente haciendo lo que yo: autofustigarse cruelmente ante una falta o un fallo y vivir con esa carga toda la vida. Y también, he escuchado a mucha gente jactándose de los errores y de los tropezones que ha tenido en el pasado, me refiero al ya clásico "no me arrepiento de nada", "lo volvería a hacer si volviera atrás"...
Es decir, que nuestro punto de vista sobre el error es ya de base extremista, y creo que eso hace más comprensible el hecho de que nuestra forma de interpretarlo lo sea también.
Yo he estado reflexionando sobre esto estos días y he aprendido que arrepentirse no es autflagelarse por los errores que hemos cometido. Que aunque el fallo sea necesario para el aprendizaje de alguien, no significa que eso tenga que ser motivo de orgullo para nadie. Que el error te exime de culpa porque exige cierta ignorancia por parte del que lo comete aunque no de responsabilidad, y que el pecado existe: es todo aquel mal que hacemos conscientemente, y que sólo es perdonable cuando existe un arrepentimiento sincero...
Me he dado cuenta, pues, que soy imperfecta porque antes creía que tender hacia un concepto de perfección exigía ser implacable con los propios defectos. Ahora me doy cuenta de que no se trata tanto de combatir, sino simplemente de vivir la virtud. Es decir, que si realmente queremos salir del pozo o la esclavitud de nuestras miserias solo hay un camino: dejarse de palabras vacías o de faltas de caridad para con nosotros mismos y ponerse manos a la obra trabajando aquellos aspectos que nos martirizan desde la virtud que se le opone.
Sé que es muy fácil decirlo, soy la primera que me cuesta ponerlo en práctica. Pero hay que intentarlo, está en juego algo extremadamente importante: nuestra felicidad.


sábado, 25 de octubre de 2008

Huérfana de ti...

Desearía poder escupir esto que me oprime...
es tan duro sentirse huérfana de ti
y sin embargo, no me siento con fuerzas para mirarte a los ojos
y pedirte perdón...
es tanto el daño que te he hecho...
tanto el sufrimiento que te he causado
que ya no merezco pedirte perdón
porque he pecado consciente y sabiendo lo que hacía
y porque he reincidido en mi falta una y otra vez
sabiendo lo que hacía...

Es por eso que no merezco más que la muerte,
no merezco más que arrastrarme por el polvo
como la serpiente que tu condenaste...
como la serpiente que soy ahora...
no merezco tu confianza...
y sin embargo tu me lo sigues dando todo sin reservas!
¿Tanto me amas, Señor, que incluso en estas condiciones me perdonas?
¿Hasta donde llega tu misericordia?

Desearía esconderme en lo más profundo de la tierra
para evitar tu mirada de tristeza...
tu dolor es para mí el peor castigo
tu decepción, mi mayor condena...
y sin embargo tu me sigues amando
a pesar de todo me sigues amando...
Señor, yo sé que tu me perdonas, pero...
¿podré perdonarme yo algún día?

miércoles, 22 de octubre de 2008

La naturaleza de la caída 2...

Es la versión "mimo" del videoclip anterior. Yo le tengo especial cariño.

La naturaleza de la caída...

Del porqué perdí a NüR...

domingo, 19 de octubre de 2008

Todo cuanto conocemos va a cambiar...

"El reino misterioso del mal ya ha entrado en acción, y será suficiente con que se aparte el que lo retiene. Entonces, cuando este se aparte, aparecerá el Malvado. Pero Jesús, el Señor, le hará morir con el aliento de su boca, y le aniquilará el día de su llegada.
El Malvado aparecerá gracias al poder de Satanás. Su llegada vendrá acompañada de todo tipo de obras poderosas, de señales y de prodigios llenos de engaño, y de todo tipo de seducciones malignas. Todo esto caerá sobre los que caminan hacia la perdición, porque no han acogido el amor a la Verdad que les habría salvado. Por esta razón, Dios les enviará un poder que les extraviará y les hará creer en la mentira. Así serán condenados todos aquellos que no hayan aceptado la Verdad y se hayan complacido en el error." 2 Te. 2, 7-11