lunes, 6 de julio de 2009

Esperança malgrat tot...

Quan pressentim veient la branca nua,
que malgrat tot l’ametller, florirà;
quan escoltem al cor de la nit crua,
la nostra alegria ningú no ens la prendrà!

Si en soledat vetllem el ble que crema
per si un amor ens allarga la mà;
quan l’amistat desbordi tot esquema,
la nostra alegria ningú no ens la prendrà!

Ara el sabem vivent: amb amor paga
- memorial de partir-nos el pa -,
i és com un vi que es vessa i embriaga:
nostra alegria ningú no ens la prendrà!

domingo, 22 de marzo de 2009

La dificultad de ayudar...

"¿Qué haces ahí?-le dijo al bebedor que estaba sentado frente a una colección de botellas vacías y otras llenas.
Bebo- respondió el bebedor con aire lúgubre.
Pero ¿por qué bebes?- Le preguntó el principito.
Para olvidar- respondió el bebedor.
¿Para olvidar qué?- Preguntó el principito, que ya desde ese momento lo compadecía.
Para olvidar que tengo vergüenza- confesó el bebedor agachando la cabeza.
¿Vergüenza de qué? -preguntó el principito deseando auxiliarlo.
¡Vergüenza de beber!- dijo el bebedor y se encerró definitivamente en el silencio."

"El Principito", Sant Exupéry.



Un día llegué a la conclusión de que la peor lucha del ser humano era la que emprendía consigo mismo...
Eso pensé después de haber pasado años arrastrándome por el barro, luchando a contracorriente, creyendo que la única paz que habría de encontrar se encontraba en la muerte...
Eso pensé después de superar la oscuridad y de descubrir que la palabra "esperanza" tenía un significado vivo y real...

¡Y sin embargo, que equivocada estaba!

Hoy he descubierto que hay una lucha peor que la que yo viví... la del que nos mira impotente y desea ayudarnos sin saber cómo hacerlo... la del que nos ama y no puede hacer nada para arrancarnos de la miseria y del caos, tan solo esperar pacientemente a que nosotros nos armemos de valor para hacerlo.... la del que nos llora a escondidas porque le duele sentir pena por nosotros y no admiración, la del que se lamenta por amor e intenta explicarnos por enésima vez qué es lo que falla en nuestra vida y las razones por las que hemos perdido esa alegría y esa paz que él disfruta una y otra vez, a pesar de saber que no le escucharemos por cabezonería...
No hay peor lucha que la que sufre aquél que no es feliz cuando los demás son desgraciados....

¡Señor, cuan difícil es sufrir por amor! y qué pocas lecciones podemos darte a Ti sobre eso...





martes, 10 de febrero de 2009

Pido perdón...

Pido perdón al cielo por pensar que por encima de esas nuves seguía siendo azul.
Pido disculpas a ese monte, por creer sin fundamento que en él había vida.
Lo siento, lamento haberme dejado llevar por la ilusión...
por no haber aceptado vivir bajo la niebla y la confusión,
por no haberme a resignado a ser esclava de lo irremediable!
Lamento profundamente haber conservado la esperanza,
haberme rebelado contra lo evidente,
haberme negado a conformarme a lo mediocre..

Y supongo que a pesar de todo no debo olvidar
que le debo a Dios el que almenos me permita observar,
de vez en cuando y con titilante e infrecuente nitidez,
alguno de sus astros asomar entre tanta mierda...

lunes, 12 de enero de 2009

la cadena del odio...

Una mañana de invierno Adolf se despertó. Todavía le dolían las costillas de la enorme paliza que su padre le había propinado el día anterior. Intentó levantarse pero se sentía demasiado exhausto como para hacerlo, así que intentó estirar el brazo en dirección a su mesilla de noche para alcanzar el blog de dibujo y así entretenerse un poco. Después de esforzarse mucho desistió, el brazo le dolía demasiado, pues lo había usado de escudo la noche anterior...
-Ni siquiera dibujar puedo...- pensó Adolf, y abatido, giró la cabeza hacia el techo, donde no podía observar otra cosa que una larga extensión de... la Nada.
Permaneció unos minutos mirando y observando la nada, hasta que al fin, la imaginación vino a socorrerle, imprimiendo en esa blanca extensión un sinfín de imágenes. Unas eran recuerdos, otras deseos, pero todas ellas eran el vivo testigo de que no existía el presente para Adolf, tan solo las amargas visiones de una infancia terrorífica y de un futuro lleno de rabia y resentimiento.
Por la mente de ese niño de 10 años tan solo se sucedían, alternativamente, las pesadillas y los sueños de venganza... y nadie, ni siquiera su madre, demasiado paralizada por el miedo a su marido, habían podido devolverle a esos ojos infantiles la ilusión por un mañana esperanzador, lejos de las consecuencias lógicas de la ira y el resentimiento.

Pasaron las horas, y Adolf se cansó de sufrir con las escenas de su pasado, y dejó de sentirse consolado por las escenas ilusorias de sus desquites... la fantasía le permitía un poco de respiro, pero sabia que tenía que encontrar un modo de vencer al ogro que lo sometía si no quería acabar loco...
Pensó en ese hombre al que llamaba padre. Había logrado inmiscuirse en todas las facetas de su vida, anulando por completo su voluntad y su capacidad de elegir. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que aunque no podía evitar sus puñetazos, si podía elegir dejar de llorar o gritar, que era, al fin y al cabo, el objetivo que perseguía su verdugo: verle sufrir.
Fue así, como Adolf encontró su victoria en el silencio, y a partir de ese momento, ni un solo sonido se escapó de esa garganta, y recluyó las quejas en su mente, donde tan solo se escuchaba el eco de sus pensamientos...


Años más tarde, su padre murió, y creyéndose libre, intentó por todos los medios alcanzar su meta soñada: ser pintor. Más no tenía suficiente talento, y su solicitud de ingreso fue rechazada.
Todo este tiempo, durante el calvario de su dura infancia, su única ilusión había sido la pintura. Ni siquiera los estudios le habían interesado, pues únicamente se creía apto para el arte... Y ahora parecía que la vida y el mundo conspirasen para quitárselo todo. ¡Cualquiera se habría indignado ante tal injusticia!
Desprovisto de todo, acabó por agotar su herencia y todos sus medios... hasta que, finalmente, acabó solo y mendigo... anulado, destruido, anihilado...
Lo mendigó todo, dinero, comida, un lecho... afecto. Más, pocas veces fue objeto de respeto y amabilidad, siempre fue sometido y humillado por aquellos que se sentían superiores, ya fuera por medio del desprecio o la compasión....
Nadie habría apostado un duro por él.... parecía que la vida se le escapaba de las manos, y que su único destino seria una muerte cruel entre cartones y los deshechos de los hombres...

Sin embargo..
El mundo inició una guerra, y él decidió presentarse voluntario, pues no tenía ya nada que perder. Eso le convirtió en un soldado poderoso, pues no le temía a nada, ni siquiera a la muerte.
Pronto descubrió que en el ejército podía ser algo más que una basura humana, que podía demostrar su hombría, su valía... y por fin encontró una nueva forma de victoria más placentera que el silencio: su temeridad, que le hizo merecer el respeto de sus compañeros, algo que nunca había experimentado. Por una vez en su vida se sentía valorado, parte de algo... encontró en el ejército a la familia unida que nunca había tenido y con la llegada de esta felicidad insólita, llegó el temor de perder lo que al fin había encontrado después de tantas penurias. Así que... sin dudar, decidió acabar con la posible amenaza que todos aquellos que habían intentado conjurarse contra él en el pasado suponían para su recién encontrado bienestar. Identificó en la figura de sus enemigos a los enemigos de su propia familia, ese ejército al que ahora pertenecía, y por extensión, a los de toda la nación a la que éste defendía...

...Y así fue como el odio y el resentimiento de un niño de 10 años, maltratado y falto del más elemental de los afectos , condujo a toda una sociedad, víctima de la crisis y necesitada de alguien que les diera un culpable a su desgracia, a crear lo que hoy conocemos como el Tercer Reich.
Sus aberraciones y crímenes marcaron a toda una generación de hombres, y les arrancó sus esperanzas y su capacidad de confiar en las personas. Ese miedo irracional, implantado en el corazón de miles de judíos, fue el detonante del sionismo, que ahora arremete contra los palestinos con la misma medicina que ellos recibieron.
Es la vieja história del maltratado que maltrata, del violado que viola, del despreciado que desprecia... una larga cadena de odios, rencores y miserias que no tienen otro origen que el dolor humano provocado por la falta de Amor...


¿Porqué os resistís al Amor? ¿No ha muerto suficiente gente, todavía?